• 23/08/2025 21:50

La Topadora Radio

Noticias y Radio

El streaming del CONICET: ciencia, resistencia y comunidad en tiempos de desfinanciamiento

En medio de una campaña de desfinanciamiento y desprestigio contra el sistema científico argentino, un hecho inesperado capturó la atención masiva: el streaming del CONICET que transmitía en vivo la exploración de especies a 4.000 metros de profundidad. Lo que podría haber sido un nicho para especialistas se convirtió en un fenómeno cultural, político y científico, dejando al descubierto no solo la fascinación social por el conocimiento, sino también la profunda contradicción entre el relato oficial y lo que la sociedad valora.

Por María Bradley

Un éxito que nació en las redes y explotó en la conciencia colectiva

Todo comenzó con un reel de Celeste Giardinelli (@enteoriaok), cuya publicación funcionó como un disparador que llevó la transmisión a las masas. En cuestión de horas, el stream se convirtió en trending topic, con miles de personas compartiendo hashtags como #CONICETResiste y celebrando cada descubrimiento como un triunfo colectivo.

Este fenómeno demostró el poder de las redes para romper el cerco de los grandes medios, tradicionalmente más enfocados en desprestigiar la ciencia pública que en difundir sus logros. Pero, sobre todo, mostró algo más profundo: el hambre de conocimiento de una sociedad a la que le han querido vender que la ciencia es un lujo, y no una necesidad estratégica.

La grieta que el streaming dejó al descubierto

Mientras el poder político habla de «ajustar gastos superfluos», la realidad se impuso a través de las pantallas:

  • Miles de personas eligieron ciencia en lugar de entretenimiento vacío, desmintiendo la idea de que a la gente no le interesa la investigación.

  • La transmisión evidenció el trabajo de investigadores que, pese a salarios depreciados y presupuestos raquíticos, siguen produciendo conocimiento de excelencia.

  • La sociedad, al interactuar con los científicos en tiempo real, desarmó el estereotipo del investigador elitista y desconectado de la realidad.

Fue una clase magistral de divulgación, pero también un acto político: la mejor manera de defender la ciencia es mostrarla en acción.

Las tres claves que convirtieron un stream científico en un evento masivo

El poder de lo inédito: Ver descubrimientos en vivo generó una emoción colectiva. Cada nueva especie aparecía como un «spoiler científico» que todos comentaban al mismo tiempo, creando una experiencia compartida.

Científicos que rompieron el molde: Los investigadores se convirtieron en narradores apasionados, explicando su trabajo con la misma naturalidad con que se cuenta una anécdota.

 La comunidad como protagonista: El stream dejó de ser una mera transmisión para convertirse en un evento cultural. Docentes prepararon clases basadas en lo visto, artistas dibujaron las especies descubiertas y familias enteras siguieron la exploración juntas.

La ciencia como acto de resistencia

Este streaming no fue solo un éxito de audiencia; fue un recordatorio de que el conocimiento científico, cuando se comparte sin barreras, se convierte en un bien común imposible de ignorar. En un contexto donde se intenta vaciar de sentido lo público, la sociedad respondió con atención, curiosidad y apoyo.

El CONICET no necesitó una campaña de marketing costosa para demostrar su valor: basta con abrir las puertas de sus laboratorios y dejar que el trabajo hable por sí mismo. En un país donde cada logro científico parece nacer a contracorriente, este streaming fue una luz: la prueba contundente de que ningún ajuste, por brutal que sea, logrará extinguir la sed de conocimiento que late en el pueblo argentino. Mientras haya un investigador que resista, un docente que inspire o un ciudadano que se maraville ante los misterios del mar profundo, la ciencia pública seguirá viva.

 

Seguir en vivo la transmisión: https://www.youtube.com/watch?v=lcM82Srz8TE